Esas flores con miles de pequeños paracaídas ligeros y
delicados. Esas flores servían para pedir mis deseos, para tener esperanza de
que mis sueños se cumpliesen. Todo era cuando era niña.
Ya no soy tan niña. Ahora la esperanza ha ido desapareciendo. Ya no creo en la humanidad demasiado; como se suele decir "muchos humanos, pero poca humanidad". Echo de menos ser aquella niña que tenía toda esa esperanza, pero una crece y se da cuenta de las cosas. Y tiene su punto de vista. Y el mío es negativo, aunque prefiero llamarlo realista. Y ahora, cada vez que una de esas flores se cruza por mi camino saco mi mechero. Y la destruyo, como la vida y la esperanza me destruyeron a mí y a esos sueños.
Ya no soy tan niña. Ahora la esperanza ha ido desapareciendo. Ya no creo en la humanidad demasiado; como se suele decir "muchos humanos, pero poca humanidad". Echo de menos ser aquella niña que tenía toda esa esperanza, pero una crece y se da cuenta de las cosas. Y tiene su punto de vista. Y el mío es negativo, aunque prefiero llamarlo realista. Y ahora, cada vez que una de esas flores se cruza por mi camino saco mi mechero. Y la destruyo, como la vida y la esperanza me destruyeron a mí y a esos sueños.
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