Adoro
permanecer en tu cama, entre tus brazos, sintiéndome tuya. Me duele ver que las
horas pasan porque sé que el momento del adiós llegará. Quisiera detener el
tiempo para no separarnos jamás. Pero la cruel realidad golpea mi cara,
exigiéndome poner los pies sobre la tierra. Nuestro amor es una ilusión,
somos tal para cual. Nuestros caminos marcan un rumbo completamente equivalente,
a la hora de amarnos nos volvemos uno mismo. Hoy yo temo despertar y saber que
ya no estás. Quédate siempre a mi lado y no te vayas jamás. Es lo que ahora te
pido mi dulce amor sin final.
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