...escribir empieza cuando ya has olvidado qué es lo que te asustaba, pero aún tienes miedo.

jueves, 23 de enero de 2014

Olores, sabores y sensaciones.

El olor del café a media mañana, el olor a lavanda de la ropa recién lavada, de la gasolina, de un rotulador permanente, de los chicles de menta y hierba buena. El olor del incienso mientras follamos como si nada ni nadie existiese. El sabor que tienen las fresas con nata en tu cuerpo. El olor del cigarro "de después". El de la lluvia al salir de casa un Viernes por la mañana. El de su perfume al abrazarlo, ese olor que se te introduce hasta en las entrañas. El sabor que te queda en la punta de la lengua después de darle un pequeño mordisco en el cuello. El olor del césped mojado, y el "sabor" que tiene cuando te tumbas a mi lado en él. La sensación de las 3 de la madrugada cuando entra el Sol por mi ventana. El sabor de sus labios, y de las cosquillas a todas horas. De su calor corporal ligado al mio. De la poesía de su boca. La sensación de escuchar los latidos de su corazón contra mi pecho. El sabor... Tu sabor. Nunca una droga fue tan sana. Y de eso estoy segura.
Que no hay olor, sabor y sensación que coloquen tanto como tú.

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